martes, 24 de abril de 2018

Gestión de Conocimientos y Memoria Corporativa


Una de las recientes adquisiciones bibliográficas del autor de este espacio, fue: "El Capital Intelectual" de A. Brooking (1997). En donde la autora del texto en cuestión, informa que a nivel de las empresas exitosas con categoría mundial la conciencia para la administración de las mismas ha dado un viraje de casi ciento ochenta grados. Afirma que estas corporaciones se dieron cuenta que sus activos más valiosos no pertenecen al mundo material, sino que son inmateriales. La identificación y lealtad de los clientes son los valores y principios más importantes de dichas empresas, es decir que los edificios, maquinarias, los productos estrellas etc., han pasado a un segundo orden. Además el desarrollo de la conciencia corporativa está apoyada también entre otros en los siguientes elementos: la capacidad para ayudar a otros socios dentro del mismo mercado, la propiedad intelectual, el desarrollo de software, las destrezas y habilidades innovadoras, los conocimientos técnicos y el personal de alta competencia. Es decir han comprendido que el capital intelectual es lo más importante de sus activos.

Con esta nueva filosofía de administrar las empresas, las organizaciones como GEC, Motorola, Dow Chemical, Hewlett Packard, Rank Xerox, Siemens, Hoffman Laroche, Digital Equipment Corporation, entre otras empresas, están estimulando como factor de vital importancia el capital intelectual como elemento clave para estimular y lograr ventajas verdaderamente competitivas y aprender qué es y para qué sirve.

En el texto en cuestión se encuentra el siguiente relato: "..... La Oficina de Patentes del Reino Unido siempre narra esta historia en sus giras promocionales. Una empresa química británica estaba desarrollando un proceso que había perfeccionado a nivel experimental. Cuando el proceso pasó a la cadena de producción en masa, se detectó un ligero residuo en el fondo del depósito de reacción. Eso hizo que la empresa se planteara la posibilidad de implantar un programa de investigación para eliminar el problema. Uno de los investigadores había leído un anuncio del servicio de investigaciones y asesoría de la Oficina de Patentes, de manera que antes de embarcarse en un costoso programa científico, la organización realizó una consulta a este servicio para ver si alguna empresa británica había tenido problemas similares y había encontrado una solución que también pudiera resultar aplicable a este caso, directamente o por medio de una licencia. Tras la oportuna búsqueda, la Oficina de Patentes localizó una patente que demostró la solución perfecta...."

El proceso había sido desarrollado unos años atrás, y adivine quién lo había patentado: ¡la misma compañía! ¿Con qué frecuencia suelen ocurrir estos hechos y cuál es la causa?

Entre los diferentes tipos de capital intelectual, el del conocimiento es el más complejo y el más difícil de administrar. La administración del conocimiento por supuesto no es nueva, por cuanto desde el inicio de la inteligencia artificial (IA), se ha pensado en este elemento, teniendo como objetivo fundamental la sintetización del comportamiento humano por medio de los ordenadores. En este plano en los últimos veinte años han habido muchas investigaciones, las cuales han arrojado resultados muy positivos.

El análisis y adopción de decisiones relacionados con las contingencias en donde la gente es el principal actor, siempre ha sido un tema muy atractivo para los investigadores de la inteligencia artificial, por cuanto constituye la columna de la mayoría de todos los sistemas. Dentro de estos estudios se hace un considerable esfuerzo para comprender como la gente adquiere, manipula y almacena conocimientos. De acuerdo con la tratadista mencionada en el inicio de este espacio, informa que los sistemas que se dedican al estudio de esta materia se denominan sistemas basados en el conocimiento, no porque se limitan a conservar los conocimientos, sino porque el modo en el cual los manipulan en el interior de la máquina es diferente al funcionamiento de un sistema de administración de nóminas. Y es por esta razón por la cual el almacén que se ha elegido para guardar los conocimientos relacionados con el capital intelectual sea una base de conocimientos y no una base de datos.

La gestión de conocimientos incluye todas las actividades que se analizan en el proceso de gestión del capital intelectual; pero esta actividad es más compleja cuando se aplica a la gestión de conocimientos que a los activos de propiedad intelectual o de mercado. Dentro de esta técnica el primer paso consiste en identificar los conocimientos que se pueden considerar como un "activo". De acuerdo con Wiig (1993) los conocimientos se pueden dividir en cuatro niveles conceptuales: a) establecimiento de objetivos o conocimientos idealistas; b) conocimientos sistemáticos; c) conocimientos pragmáticos y d) conocimientos automáticos. Todos ellos se refieren a los conocimientos de visión, metas y paradigma. La gente utiliza estos conocimientos para identificar lo que es posible y crean sus propios objetivos y valores.

Las funciones cruciales del conocimiento son actividades empresariales que habitualmente exigen la presencia de conocimientos específicos acerca de trabajos intensivos que no se pueden realizar fácilmente con el personal disponible y apropiado o que no se prestan a ser automizados. Esta realidad es como consecuencia de las siguientes causas: 1) los conocimientos exigidos son muy poco usuales y los posee poca gente; 2) en su mayor parte son tácticos y, por lo tanto, difíciles de documentar y 3) no se han identificado como cruciales.

La gestión de conocimientos, al igual que otras partes de la gestión del capital intelectual, es una disciplina por derecho propio, aunque lo cierto es que constituye un área de interés para los estrategas corporativos.

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